Hace algún tiempo ya de que escuché hablar por primera vez acerca de una cámara de fotos cuyo aspecto se asemeja más a un juguete que a cualquier otra cosa. Se trata de la Holga, esta que veis en la imagen:
Y si vemos de cerca una de estas cámaras entenderemos lo de “juguete”, pues su cuerpo es de plástico prácticamente por completo, incluso la lente original. Pero su precio está al alcance de cualquier bolsillo, y los resultados que se pueden conseguir con esta pequeña maravilla son tan increíbles como ilimitados, así como las posibilidades de combinar diferentes partes de la Holga, hablamos de tuning de cámaras de juguete 🙂 .
En Japón podemos encontrarlas en cualquier tienda tipo zakkaya. Hay muchísimos tipos en Village Vanguard, una de las librerías que más os recomiendo, allí podemos comprar desde un libro de Antonio López hasta un vinilo de Depeche Mode de los ochenta perfectamente retractilado, además de ropa de lo más original, lámparas de diseño a precios más que asequibles, cualquier álbum de fotos de Nobuyoshi Araki, golosinas japonesas que fueron populares hace cincuenta años, carteles de cine, videojuegos de 8 bits, los relojes más raros, y un interminable etcétera.
Aún no ha caído ninguna en mis manos, pero después de ver los trabajos de algunos aficionados y de algún que otro profesional de la talla de Daido Moriyama, la verdad es que me lo estoy planteando.
A propósito de Moriyama, si estáis por Sevilla o cerca de la capital andaluza no dejéis de visitar la exposición que este fotógrafo hace en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, que estará allí hasta el próximo 17 de junio. Merece muchísimo la pena.
La semana pasada pasé por Junkudo y me traje un par de libros relacionados con el mundo de Holga. Son estos de las fotos:
El primero es del artista del que os hablo, Daido Moriyama, quien usando una Holga modelo t-82 recopiló un precioso álbum de fotografías de Japón en blanco y negro.
El segundo de los libros es otra recopilación de instantáneas que un grupo de veinte personas del mundo del diseño y de la música (prácticamente la mayoría son japoneses, aunque hay algún que otro gaijin por ahí también), que fueron tomadas exclusivamente con cámaras Holga mientras viajaban por diversos puntos del planeta (por ejemplo Barcelona).
Ambos libros son un auténtico placer para la vista.
No he podido evitar intentar emular el efecto Holga con mis fotos usando Photoshop. No es lo mismo, obviamente, pero hasta que me haga con una de ellas habrá que conformarse. Bueno, ahí van, a ver qué os parecen:
La Kobe Tower en color, que me ha quedado más parecida a una Polaroid que a una Holga…
La misma imagen en shirokuro. A propósito, la imagen es del pasado domingo.
Este es el puerto de Kobe a la altura de Higashi Nada, con Sannomiya al fondo.
En la misma zona, muy residencial, hay un parque donde algunas familias hacen sus barbacoas en la tarde de los fines de semana.
Esta la tomé en el Museo de Arte de la Prefectura de Hyogo (en Nada), a donde fui el domingo pasado para ver una exposición bastante interesante sobre Rodin. El señor que aparece estaba tomándose un descansito. La tarde invitaba a ello.
Y otro descansito el que se tomaba este otro señor en el koukashita de Sannomiya.
Otro intento de conseguir una Holga a partir de las flores de los jardines de Kenchoumae.
Esta imagen y la siguiente pertenecen al santuario sintoísta de Tenman, en Kitano. Lugar desde el cual tenemos una vista panorámica de Kobe que no debéis perderos.
La mujer y su hija viven en el templo junto al resto de su familia.
Y finalmente los maniquíes de los almacenes Comme Ca en Harborland.
Si queréis ver fotos hechas con Holga id a este grupo de Flickr.com.