Archive for the ‘Hiroshima’ Category

Shoko y Ryota

Wednesday, April 2nd, 2008

“Deseo” “ねがいこと”

Ojalá sigamos así­ de enamorados por siempre.
Ojalá algún dí­a nos casemos y seamos felices.

(Esto de arriba lo escribe la chica, Shoko)

Shokotan, que seas siempre así­ de alegre y bonita.

(Y esto otro lo escribe su chico, Ryota)

“Ema” fotografiado en el santuario de Ikuta, en Kobe.

El corazón de madera con el mensaje romántico escrito en él es un “ema” (絵馬). En cualquier santuario sintoí­sta que visitemos encontraremos estas tablitas de madera.
Para entender su origen es necesario fijarse en los dos ideogramas que componen este vocablo: “絵”, que significa “dibujo” y ”馬”, que significa “caballo”. Ocurrí­a en la antigíŒedad que los caballos eran entregados como ofrendas votibas votivas por los fieles en los templos sintoí­stas. La costumbre llegó a alcanzar tal auge que para los sacerdotes “kannushi” (”神主”) llegó a un punto en el que era imposible atender tantas oblaciones. Finalmente hubo que optar por sustituir a los animales por unas tablillas de madera con la forma de un équido o simplemente un dibujo de este. Con el tiempo las formas se diversificaron, incluso cada templo le fue dando una forma personal caracterí­stica en algunos casos.

Si tenéis la ocasión de visitar uno de estos santuarios y entendéis un poquito de japonés os resultará interesante curiosear los negaigoto de los fieles. Además dependiendo de la época los deseos serán de un tipo determinado, así­ tendremos cientos de “ema” amorosos en San Valentí­n u otros pidiendo fortuna en los exámenes en época de evaluación escolar, por ejemplo.

Estos ratoncillos también estaban en Ikuta Jinja:

Aquí­ dos chicas escribiendo su negaigoto en el mismo santuario:

Más “ema”, estos en Hieizan, en Otsu, prefectura de Shiga:

Aquí­ curioseando junto a mis buenos amigos Mari íngeles y Paco, en Itsukushima Jinja (fijaos en que estas tablitas muestran el famoso torii de Miyajima):

Y en Kiyomizudera, buscando la sombrita:

Momiji Manjuu

Saturday, October 14th, 2006

Aún quedan algunas fotos de Miyajima, la verdad es que aprovechamos aquel viajecillo.
Una vez que bajamos desde Misen un autobús (gratis) nos llevó hasta la entrada del santuario de Itsukushima. Al lado se encuentra Senjokaku Jinja, templo del cual vemos aquí­ su torii de entrada:

Cerca de allí­ hay una calle comercial llamada Omotesando. Este chico de la foto se estaba probando una máscara y no pude resistirme a sacarle una foto, jeje:

Pero tampoco pude evitar hacer yo mismo lo propio, payasete que es uno ;-p :

En la puerta de esta otra tienda una chica mostraba un perrito que se moví­a con cuerdas, como los tí­teres clásicos. La verdad es que parecí­a bastante real, como que esta chica llevará dí­as haciendo su trabajo…:

También hay allí­ tiendas normales, no sólo de souvenirs vive el hombre, ¿no?. Esta farmacia estaba cerrando justo en el momento en que saqué esta foto. El chico echaba el cierre pero subido en un taburete mientras su padre se marchaba en bici:

Estas muñecas me encantan, están hechas al 100% de madera. El único problema que les encuentro es su precio:

Una señora organizaba en su tienda de recuerdos las paletas de arroz:

Y precisamente en la misma calle podemos encontrar la paleta de arroz más grande del mundo:

Lo que sí­ compramos fue Momiji Manjuu, unos pastelitos famosos en Miyajima, hechos a base de bizcocho (tipo castellar) relleno con alguna crema. Normalmente la crema está hecha con azuki, pero compramos momiji manjuu de chocolate, mandarina, limón, crema de queso, vainilla… Aquí­ vemos a Yito en su elaborado y minucioso proceso de elección de pastelitos:

Esta es una de las cajas que compramos. Ya viene preparada, pero también se pueden comprar sueltos estos pastelitos y los tenemos desde 60 yenes:

Y si queréis más opciones también tenéis la tienda de Kitty Momiji Manjuu!:

Bueno, pues tras las compras nos dirigimos al puerto de Miyajima para emprender nuestra vuelta. La marea ya habí­a bajado bastante en ese momento, pero todaví­a el Gran Torii presentaba este aspecto:

Y hasta aquí­ Miyajima!. Lo cierto es que quedan fotos, pero bueno, las veremos dentro de otros post, con otros temas, si no esto va camino de convertirse en Miyajima Cake Blog.

Esta última imagen está “trucada” con algunos filtros de Photoshop. El barco os aseguro que no era de Playmobil. Es un efecto que me ha enseñado el maestro Tin, a ver si él se anima a actualizar su blog :-p.

Saludos!.

Desde Momijidani hasta el Monte Misen

Wednesday, October 11th, 2006

Vaya, continúan los problemas con bitácoras y su servidor de juguete. Postear cuesta ya la misma vida. Bueno, mientras buscamos una solución más profesional intentaremos seguir con aquella narración sobre nuestra visita a Miyajima.
Nos quedaba un episodio por contaros, aquel trayecto comprendido entre la estación de Momijidani y Shishiiwa, ya con el Monte Misen al alcance de nuestra vista, a una altura de 430 metros sobre el nivel del mar. Lo primero es usar el teleférico, en dos etapas y en dos tipos diferentes de cabinas, haciendo una paradita en la estación de Kayadani.
Este de ala foto es el segundo de los teleféricos:

Una vez que llegamos allí­ nos encontramos con algunas indicaciones acerca del más famoso morador de la zona, el mono japonés (nihon saru):

El mono japonés es el de la izquierda, el de la derecha es un mono ibérico (con banderita española de denominación de origen en su camiseta y todo):

Bueno, hemos de tomar algunas precauciones una vez en la zona. Aquí­ os las mostramos:

Los free-lockers de los que nos habla el último cartel de aviso están en un pequeño edificio que encontramos justo a la llegada. Es aconsejable dejar allí­ nuestras mochilas, bolsas o cualquier otro bulto que llevemos.

Por todos sitios encontraremos a estos monos, muy acostumbrados a la presencia del ser humano, se puede notar su tranquilidad e indiferencia hacia nosotros en esta imagen:

Son el mismo tipo de simio que alguna vez hemos visto en imágenes de televisión bañándose en las aguas termales naturales de Niigata en temporada de nevadas:

Yo no era el único “guiri” que los fotografiaba:

La vista que nos ofrece la montaña es increí­ble. Desde Shishiiwa podemos alcanzar con nuestra vista incluso las costas de Shikoku, si la claridad del dí­a nos lo permite. Shikoku queda en esta foto al fondo a la derecha. A la izquierda tenemos Hiroshima:

Aunque nos parezca difí­cil de creer hay personas que viven en pequeñas islas como esa que vemos tras nosotros en esta foto:

Un lugar privilegiado para tomar un descanso en el camino, dejando que el viento de la montaña nos refresque un poco en el atardecer de uno de los dí­as más calurosos del verano, todo ello con una grandiosa vista frente a nosotros. Estas dos amigas parecen tomar esas palabras al pie de la letra:

Si os fijáis bien detrás de mi en esta imagen se pueden ver unas pequeñí­simas manchas blancas que son algunas de las cabinas del teleférico:

En dirección a Shishiiwa, el Parque de Momijidani

Friday, September 22nd, 2006

Seguimos con la narración de nuestra visita a Miyajima. Pensaba que con un post más podrí­a cerrar este tema, pero lo cierto es que tenemos muchí­simas más fotos de las que recordábamos en el PC, así­ que mejor ir poco a poco, el lugar merece la pena.
Bueno, pues estábamos hace unos dí­as dentro del santuario de Itsukushima, así­ que empezamos hoy justo en la salida del templo, donde nos esperaba un grupito de ciervos agrupados bajo la sombra de un pino. Es época de apareamiento para ellos y conviene tener precauciones a la hora de pasar cerca de ellos, especialmente si son machos:

En el mismo lugar hay un puente bastante atractivo, entre el santuario y el Museo de los Patrimonios Culturales. Por la cuesta que baja desde Momijidani vení­a este otro Jinrikisha, más joven que el que os mostrábamos hace unos dí­as. Crucé con él algunas palabras y me decí­a que estaba especialmente cansado por trabajar con ese calor y ataviado de esa manera:

Esta otra imagen está tomada justo en la interjección de aquel pequeño puente. Estuvimos almorzando justo en el restaurante que queda a la derecha. Todos los establecimientos estaban repletos de clientes, a pesar de que esperamos bastante tiempo a que pasara la hora del almuerzo para los japoneses (almorzamos alrededor de las dos y media):

Bajo el puente algunos ciervos aprovechaban la sombra que este les brindaba:

Después de recobrar energí­as con un plato de kakifuraidonburi (las ostras son muy populares en la zona), subimos hacia Momijidani. Por cierto, Yito querí­a preguntarme si me apetecí­a probar esas ostras, aunque estábamos fuera de temporada hay un tipo de ostras especiales que sí­ se pueden comer en agosto. Las normales dicen que son sólo comestibles durante los meses cuyo nombre inglés acaba en “-ember”. El caso es que aunque el español de Yito es de un nivel bastante avanzado a veces hay palabras que son fáciles de confundir, es normal. Bueno, esto viene a cuento de que estando en el restaurante mirando ella el menú va y me suelta: “oye, ¿quieres probar una hostia?”… esta Yito…
Bueno, en un cruce de esa cuesta con una calle llamada Taki Koji hicimos este par de fotos:

En el Parqye de Momijidani hay muchos ciervos. Allí­ encontraremos muchos menos turistas que abajo, por lo tanto encontrarse con un ciervo es lo más parecido al survival horror de los videojuegos!. Este era pequeño, pero están muy acostumbrados a los humanos, así­ que no nos tienen miedo. Es normal que se nos acerquen buscando comida:

Aquí­ paramos durante unos minutos para relajar un poco las piernas y sacar algunas fotos, pero tuvimos que salir rápido de allí­ porque habí­a muchos mosquitos:

El nombre del parque (“valle de los arces”) debe su nombre a los árboles que lo cubren de un verde intenso durante el verano y de tonos rojizos bien entrado el otoño:

En mitad del camino un estanque lleno de carpas, algunas enormes. Estos peces saben comer de la mano de los humanos como si se tratase de un perro:

El frescor de un riachuelo y el atractivo de un nuevo puente bien merece una parada en el camino. Mientras tanto escuchamos el canto del suzumushi, un insecto parecido al grillo pero con un canto muy especial, la primera vez que lo escuché fue en Koyasan y pensaba que eran pájaros, para que os hagáis una idea de cómo es su sonido:

Bajo el mismo puente una pequeña cascada:

En un dí­a caluroso de verano no hay nada como un paseo por la montaña. La temperatura baja considerablemente. Seguimos notando la humedad, pero es mucho más agradable, sin duda debido al hecho de estar rodeado de tanto verdor:

Y hasta aquí­ nuestro ascenso a pie, puesto que una vez que llegamos a la estación de Momijidani tenemos que usar dos teleféricos para llegar a Shishiiwa, pero eso en el próximo post!.

Itsukushima Jinja, el templo

Monday, September 18th, 2006

Es uno de los mayores atractivos turí­sticos del paí­s, declarado Patrimonio de la Humanidad en diciembre de 1996 por la UNESCO. El entorno natural en el que se encuentra ubicado es sencillamente perfecto, ideal, roza lo oní­rico, un placer para los sentidos. Hablamos del templo de Itsukushima, santuario sintoí­sta construido en el mar, adorado como un dios que guarda al mismo mar.
Su estilo arquitectónico es conocido por la nomenclatura de Shinden.
Su construcción original data del año 593, pero fue remodelado en la actual estructura en 1168 por Taira-no-Kiyomori.
Podemos dividir su composición en las siguientes partes: una capilla principal, un escenario de teatro Noh, dos cuartos de música y algunas capillas menores. Todas estas partes están unidas por una serie de pasillos cuya longitud total alcanza casi 300 metros.
Hoy os mostraremos el templo tal y como nosotros tuvimos el privilegio de conocerlo.

Este es el ticket de entrada, cuyo precio son 500 yenes, si mal no recuerdo:

Aquí­ podéis ver la entrada al templo. Entre nosotros se puede leer en una vieja inscripción de madera “Itsukushima Jinja”:

A la derecha de dicha inscripción se encuentra esta enorme pila con el agua purificadora que todo templo suele tener en su entrada en Japón. No es la única pila que podemos encontrar en Itsukushima:

Los monjes del templo cuidan constantemente el lugar para que todo esté no limpio sino pulquérrimo:

Ya os hemos comentado anteriormente el calor que hací­a esos dí­as. Itsukushima nos ofrece sombra, algo que es de agradecer dadas las temperaturas, de modo que uno difí­cilmente puede evitar la tentación de sentarse un rato a descansar sobre el agua, mirando los peces que pululan por allí­ y dejándose embelesar por todo aquello que le rodea:

Y desde allí­ tenemos una fascinante vista del O-torii, la Gran Puerta. Con una altura aproximada de 16 metros, con unos pilares principales de 10 metros en circunferencia, allí­ en medio del mar, con su fuerte color bermellón. El actual torii es el octavo desde el periodo de Heian, y fue construido en 1875, si bien es cierto que en los últimos años el templo ha sufrido en varias ocasiones las fortí­simas embestidas de los tifones, y en dos ocasiones gran parte del complejo fue levantada literalmente de su sitio y esparcida por el mar:

En el centro del templo hay una pasarela de madera que está rematada en una enorme linterna de bronce coloreada de verde por el óxido del metal. Desde allí­ tenemos justo frente a nosotros al Gran Torii.
No sé si conocéis a Frederic Boilet, un francés afincado en Tokio que se dedica al cómic, pero que en lugar de dibujar trabaja a base de fotografí­as que luego retoca con computadora. Bueno, el resultado es muy atractivo, pero para ser sinceros he de decir que me decepcionó bastante saber que el proceso era mucho menos artí­stico de lo que creí­a. En fin, ayer coloqué una de mis fotos en Photoshop y en un par de minutos conseguí­ esta imagen:

Y tras solicitar nuestro permiso al guardián nos sacamos la instantánea:

Pero no creáis que es cosa de llegar y besar el santo, no, porque turistas tiene cientos y cientos este lugar, y si queréis una foto en el lugar más solicitado os tocará guardar cola:

Ante el altar de una de las capillas menores del templo encontramos esta graciosa escena que os mostramos en dos imágenes. Fijaos como las dos madres hacen una reverencia con sus pequeños en las espaldas:

Espero que los pequeños tengan el cuello bien fuerte, porque si sus madres son muy devotas…:

Este grupito de jovencitas leí­a las tablitas que a modo de exvotos se colocan en estos templos. En muchas de ellas algunas personas piden que llegue su media naranja, que puedan aprobar el examen del carnet de conducir, etc.:

Este es el escenario Shaden, que es utilizado para llevar a cabo actividades tales como la representación de obras teatrales takigi Noh, que son como un sueño, iluminadas por la noche con antorchas de maderas:

Aquí­ vemos el mismo lugar de fondo con uno de los “shishi” guardianes del templo:

Y una imagen más, pero en blanco y negro con un ligero virado al sepia:

Visitamos el templo en pleno Obon y aún así­ los empleados del templo seguí­an su trabajo. Aquí­ vemos a dos de ellos dando una nueva capa de rojo bermellón a uno de los pasillos:

Cerca de la salida existe un precioso puente con forma arqueada. Imagino que en otra época se podrí­a usar, pero en la actualidad está sólo disponible para ser disfrutado visualmente:

Este es el mismo puente. Aquí­ ya vemos como la marea comenzaba a retroceder:

Bien, aún nos queda una parte importante que mostraros de esta isla, la montaña, pero eso en otro post!.

Miyajima, primera parte

Tuesday, September 12th, 2006

El segundo dí­a que pasamos en Hiroshima nos dirigimos a la isla de Miyajima, para visitar el Templo de Itsukushima. Dicen que según una antigua creencia cada lugar de la isla es tan sagrado que incluso las colinas y las aguas de allí­ son dioses. Y de verdad el sitio es impresionante, de visita obligatoria, de hecho no me importarí­a para nada repetir el viaje.
La historia nos dice que, inspirado por aquellas creencias, un comandante militar muy religioso, llamado Taira no Kiyomori, mandó construir el complejo de templos que allí­ existen como una parte integral del entorno natural, allá por el siglo XII.
Las subidas y bajadas de la marea son las responsables de que el santuario principal nos dé la impresión de estar flotando, casi suspendido en el aire rozando las aguas.
Afortunadamente tuvimos la punterí­a de llegar en el momento en el que las aguas estaban más subidas, el espectáculo visual asegurado.
Hoy os enseñaremos el primer tramo de la incursión, desde el ferry hasta la puerta de Itsukushima Jinja, templo del que os hablaremos en un posterior post (suena eso un poco redundante, ¿no?).

Para empezar echemos un vistazo al escenario que se presenta ante nuestros ojos cuando el ferry nos va acercando al puerto de Miyajima:

Una vez llegamos lo primero que nos llama la atención es la presencia de decenas de ciervos. Son salvajes y antes de acceder al lugar nos avisan de que estos animales están acostumbrados a comer papel y tela, y nos advierten que debemos tener cuidado con nuestras pertenencias personales, puesto que algunas pueden ser alimentos de ciervos
en potencia…

Existe un curioso monumento que nos indica que el templo es Patrimonio de la Humanidad. El monumento es una gran piedra con forma de rombo, con aspecto de granito rojo pulido con un enorme orificio en su centro, a través del cual podemos ver un aspecto lateral del famoso O-torii. En mi foto la marea está demasiado alta pero cuando baja podemos ver en el torii la forma del kanji “naka” (中):

Hay un camino de arena que nos conduce al templo, pero con el clima veraniego y puesto que algunos coches estaban levantando demasiado polvo al pasar por allí­, decidimos andar por la orilla del mar, un mar verde, limpio, que rompí­a sus olas junto a nosotros. Es fácil ver pequeños cangrejos y peces. Aquí­ Yito os señala el O-torii:

El agua verde y al fondo la zona oeste de las afueras de la ciudad de Hiroshima:

Aquí­ un padre con su pequeña se refrescaba un poco del calor, 37 grados de justicia con una humedad sofocante, eso os aseguro que hace que la ropa se pegue al cuerpo. Si no estamos acostumbrados es una sensación poco agradable, pero a todo se acostumbra uno, qué remedio!:

En esta zona con un poquito de arena muchos chiquillos se remojaban un poco. El agua está suficientemente limpia como para ver con total nitidez el fondo a varios metros de la orilla:

Volviendo a nuestro camino encontramos esta bonita esquina de un restaurante de udon. Todos buscando la sombra, esta joven hembra de ciervo también:

Bueno, si os gusta la fotografí­a el sitio es una invitación perfecta a no parar de sacar instantáneas. Aquí­ os dejo una pequeña y humilde muestra de mis vanos intentos por emular a los grandes fotógrafos de los que veo trabajos en libros, revistas y salas de exposiciones por cualquier ciudad de Japón, ya os comentaba alguna que otra vez la gran afición que aquí­ existe por el tema. Esta primera foto me costó más que nada espera y paciencia, puesto que encontramos a un matrimonio que se habí­a vestido con yukata para la visita a Itsukushima. Ellos también iban sacando fotos por todas partes, así­ que aproveché para buscar un ángulo muy diferente al de ellos para sacar esta foto, que es en realidad una foto de una chica que estaba siendo retratada a su vez, pero seguro que desconocí­a que más de un objetivo la enfocaba:

Lo mismo puedo deciros de estos chicos. Aquí­ podéis entender el calor que hací­a!:

Y finalmente una foto de un Jinrikisha, autentiquí­simo él, con su coleta y corte de pelo tradicional. Hay varios por la zona. Calor daba sólo verle con esas ropas y además el hombre tirando del carro…

Por hoy hasta aquí­, la próxima vez os mostraremos el interior de Itsukushima Jinja.

Querí­a finalmente mandar una felicitación grande a todos los que como yo hoy estamos de cumpleaños, nuestro Betis cumple 99 añitos, que no son pocos!. Que cumplas muchí­simos más, Betis, y que los celebremos contigo siempre.
Musho Beti!!!!!

Hiroshima, la ciudad

Tuesday, September 5th, 2006

En los anteriores posts hablábamos sobre Hiroshima siempre en relación con la bomba atómica, pero examinemos un poco hoy la ciudad en sí­.
Su extensión no asombrará al turista que ya haya pasado por Tokio o por Osaka, es una ciudad mediana y podemos cruzarla rápidamente en un eficiente sistema de tranví­as que la ciudad conserva. A pesar de que su recortado tamaño una cosa me llamó la atención y fue la altura de los edificios nuevos. La estructura de la ciudad imagino que por razones obvias atiende a una ordenación diferente a la del resto de núcleos urbanos del paí­s, hay muchas más avenidas anchas, algo que le aporta un toque occidental, al menos esa fue mi impresión, ya acostumbrado a Osaka y Kobe.
El asfalto de la carretera está atravesado en su mitad por el empedrado que soporta las ví­as del tranví­a. Estas piedras contrastan con su fuerte color rojizo, imagino que debido a la oxidación del metal, supongo que fueron sustituidas, si bien es cierto que en fotografí­as inmediatamente posteriores a aquel agosto del 45 ya podemos ver algunos trenes funcionando por la ciudad.
En esta imagen podemos apreciar ese contraste en la parte inferior. La foto es un ejemplo de integración arquitectónica, pero algo bastante chocante, pues tenemos un templo sintoí­sta bajo el que existe lo que parece una vivienda, o probablemente unas oficinas, y en la planta baja tenemos aparcamientos:

En cualquier hotel en que nos hospedemos podremos adquirir boletos de uno o dos dí­as para usar el tranví­a y el ferry que nos lleva a Miyajima (os hablaremos de él en el próximo post). Aquí­ estoy yo en el andén, esperando a nuestro tren. El de la foto va hasta el puerto desde la estación central:

Otro andén rojizo:

Aquí­ os mostramos el interior de uno de los tranví­as. Al entrar tenemos que introducir nuestra tarjeta en una máquina y repetiremos la operación al salir. En estaciones muy concurridas estos lectores de tarjetas están fuera del vagón. Es curioso pero nadie se cuela…:

Esta es una de las one day trip cards que podemos comprar, válidas para el tranví­a y para el ferry de Miyajima:

Otro tranví­a!:

Y uno de los que guardan la estética de otros tiempos. Son muy bonitos pero si vais a desplazaros desde Hiroshima a Miyajima siempre es aconsejable elegir un modelo más modernito, son 50 minutos de viaje y se agradece la comodidad:

Fuí­mos a buscar un lugar que es relativamente nuevo y se llama Pacela, una especie de mall pero a lo grande, y dentro de una zona conocida como Motomachi, otro Motomachi!. En este lugar tenemos cines, tiendas de moda, restaurantes, salas de exposiciones, etc. En la foto parece más pequeño, pero realmente es enorme:

Desde el mirador principal del edificio tenemos una vista privilegiada de la zona del Castillo de Hiroshima, castillo por supuesto levantado en memoria del original:

Por la noche salimos a pasear por la ciudad, a perdernos un poco por su centro. Existe una gran galerí­a comercial alrededor de la cual se ubican cientos de bares y pequeños restaurantes:

Llegamos a Okonomimura, un lugar dedicado a uno de los platos locales más tí­picos, el Hiroshimayaki, versión local del popular okonomiyaki, aunque algún amigo de Hiroshima me ha corregido al explicarlo así­, puesto que para ellos es una comida totalmente diferente. Al fin y al cabo también yo jurarí­a que no hay dos bares en Sevilla que pongan las mismas tapas exactamente!. En Okonomimura existe un edificio (a la izquierda de la foto) de cuatro plantas. En cada una de ellas hay unos ocho o diez establecimientos exclusivamente de hiroshimayaki. Encontraremos un lugar para nada elegante, pero si queréis comer este plato en su versión más auténtica tenéis que hacerlo aquí­. Las paredes están llenas de fotos de jugadores de béisbol famosos y de sus autógrafos, puesto que ellos son grandes aficionados a esta comida.
Mientras decidí­amos el lugar para comer vimos que en uno de los establecimientos habí­a un grupo de rock, todos muy metidos en su papel, con pelo teñido, tatuajes, sus instrumentos apoyados en la pared, gafas de sol e indumentarias más que llamativas, que cenaban mientras les hací­an una entrevista televisiva.

Y este es el famoso plato, que lleva repollo, huevo, harina, carne de cerdo, ternera o pescado (según nuestro gusto), jengibre, salsa agridulce, nori en polvo y fideos soba o udon. La principal diferencia radica en que en Osaka os mezclarán los ingredientes antes de colocarlos sobre la plancha, pero en Hiroshima todo va por separado, se mezcla en nuestro paladar. La verdad es que por 800 yenes os aseguro que vuestros estómagos saldrán de allí­ bien llenos y con cerveza más aún!. Dicen que es la comida favorita del salaryman en Kansai y en Hiroshima, y lo cierto es que habí­a bastantes por allí­ aflojándose sus corbatas frente al calor de la plancha:

Por cierto, para los aficionados al anime y al manga la ciudad de Hiroshima ofrece un evento que tiene lugar cada dos años, la Hiroshima Animation Biennale, que empieza a finales a de julio y ocupa el mes de agosto. Este año estaba dedicada a TOEI, puesto que la empresa celebra su 50 aniversario.

Hiroshima Peace Memorial (parque y museo)

Friday, September 1st, 2006

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El dí­a 6 de agosto de 1949, justo cuatro años después del lanzamiento de la bomba atómica, fue promulgada la ley denominada Hiroshima Peace Memorial City Construction, tras recibir un apoyo del 90% en el primer referéndum público en Japón.
Bajo esta ley se decidió la construcción del Peace Memorial Hall, el Peace Memorial Museum, el City Auditorium, y el Cenotaph for the A-bomb Victims dentro del Peace Memorial Park en memoria del pasado y para un futuro de paz duradera.

Hoy haremos un pequeño tour virtual por el lugar, pero muy pequeño tour, y os animamos a todos los que paséis por Japón a realizar un verdadero tour por la ciudad de Hiroshima. Para una visita virtual más amplia no dejéis de visitar la página Hiroshima Peace Site.

Memorial Tower to the Mobilized Students

Esta otra obra fue completada en julio de 1967. En agosto de 1944 muchos estudiantes de enseñanzas medias y de grados superiores fueron requeridos para llevar a cabo labores de servicio en fábricas de armamento o, posteriormente en noviembre, en tareas de demolición de edificios, con el propósito de crear cortafuegos que limitasen la expansión del fuego en caso de ataques aéreos. En la ciudad de Hiroshima, de una cantidad aproximada de 8400 estudiantes en los niveles superiores de las escuelas nacionales, alrededor de 6300 murieron el dí­a del lanzamiento de la bomba. La mayorí­a de los estudiantes que trabajaban en varias industrias a lo largo de la ciudad también murieron. Tras la guerra el gobierno japonés sólo aceptó como estudiantes movilizados ví­ctimas de la bomba atómica o de los ataques aéreos a aquellos cuyo nombre y fecha de muerte eran conocidos, para ser honrados en el templo de Yasukuni, templo que en la actualidad es motivo de polémica internacional por las visitas anuales del señor Koizumi (pero ese es otro tema a tratar). En respuesta a ello, las familias afectadas comenzaron un movimiento para crear una lista de los fallecidos y donaron fondos para la construcción de esta torre.

Monumento de la Paz de los Niños

Este monumento se completó el 5 de mayo de 1958, en el dí­a de los niños en Japón. Es un homenaje de la Hiroshima Society of School Children for Building World Peace a la persona de Sadako Sasaki, una chica que fue expuesta a la bomba cuando tení­a tan sólo dos años. La pequeña contrajo leucemia diez años después y murió. Sus compañeros de clase hicieron una llamada nacional para honrar a todos los niños que murieron por la bomba. Con la ayuda de más de 3100 escuelas a lo largo de todo el paí­s y en otros nueve paí­ses, incluyendo Inglaterra, la sociedad antes citada pudo construir esta estatua de bronce. Fijaos en la grulla de origami que la estatua está soportando.

Sadako Sasaki, la chica de la que hablábamos anteriormente, fue hospitalizada cuando se le diagnosticó leucemia. La pequeña recibió cien grullas de papel para motivarla en su recuperación. Así­ pues ella con un enorme deseo de sobrevivir comenzó a plegar Orizuru. Pero a pesar de esas ganas de vivir su lucha fue en vano, tras ocho meses en el hospital Sadako falleció en presencia de su familia. En varios sitios del parque podemos ver cientos de figuras de origami que gentes de todo Japón llevan al lugar en homenaje a Sadako.

Hiroshima Peace Memorial Museum

El museo abrió sus puertas en 1955. Esta de arriba es la entrada del lugar. Como veis son sólo 50 yenes, un precio simbólico para que todo visitante a la ciudad no deje de pasar por allí­. Es de visita obligada, y por supuesto no os vais a sentir reconfortados en una visita a él, pero todos tenemos que conocer lo que ocurrió en Hiroshima en aras de evitar que la historia se repita en el futuro.

En la siguiente imagen podemos ver un diorama con la ciudad de Hiroshima tal y como quedó tras la explosión. La esfera roja representa el lugar donde estalló, a 600 metros sobre el suelo.

En esta otra imagen vemos una sección del edificio central (el museo consta de tres partes). En una de esas vitrinas se expone un reloj que miles de libros de texto reproducen. Yo recuerdo que mi libro de Historia del Mundo Contemporáneo, allá por COU, lo reproducí­a. En él podemos ver reflejada la hora fatí­dica.

Bueno, siempre hago fotos de todos los sitios que visito, pero la verdad es que me pareció que ir fotografiando el museo como si se tratase de cualquier atracción serí­a bastante frí­volo. Del mismo modo que en la librerí­a del museo, donde querí­a comprar algún libro, evité aquellos con demasiadas fotografí­as. El elegido fue uno con el tí­tulo “What Hiroshima Asks of Us”, donde se recogen algunos de los mensajes que los visitantes del museo dejaron en los cuadernos que para tal fin existen en la salida del edificio, donde podemos ver sus impresiones. Dejo aquí­ algunos de esos mensajes:

“Peace is something we create, not just what we pray for”. (M.O., 3 December 1970)

“My father was in Hiroshima at the time. He has keloids all over his back. Papa, live a long life and see the future of Hiroshima, Japan and the world”. (2 March 1971)

“There ocurred a great earthquake in Kobe on January 17. The exhibited materials showing the painstaking process of the reconstruction of Hiroshima struck me very much. The earthquake is a natural phenomenon, which cannot be avoided if it is predicted to some degree. War and atomic bombing are human phenomena, which we can trascend and transform concentrating our wisdom and avoiding the production of means of killing towards peace for human beings”. (Thirty-six years old, 25 January 1995)

“I saw it. I saw Hiroshima on that day. My father, my mother, my three older sisters, my relatives, my friends and my acquaintances were all lost for good. I could not forget that these were caused by a visible hand of man”. (28 March 1999)

“My mother, who was A-bombed and left an orphan, has never even told me about Hiroshima since then. She has not visited Hiroshima, either”. (K.K., 22 April 2000)

“In the picture I found my own mother among the women who went to the United States to receive medical treatment. Tears trickled down my cheeks. In the very peaceful world of today where people are apt to forget easily the tragedy of Hiroshima, which I strongly feel those of us living in Hiroshima must pass on without fail to the future generations. I want my children whom I®ve brought with me today to acknowledge something from the experience of visiting here”. (T.K., 2 August 2001)

“The United States of America began war on Afghanistan this morning. It seems human beings have not learned the lesson that the use of military power does not solve any conflict at all”. (R., 8 October 2001)

“I was in New York when the attacks of September 11,2001 happened. I trembled at the thought that these events were the worst tragedy of humankind. But here in Hiroshima I®ve acknowledge that Hiroshima was a far more terrible genocide. I really feel the need for dialogue and effort never to repeat the evil”. (5 September 2002)

Hiroshima, Genbaku Dome

Sunday, August 27th, 2006

Hiroshima, creo que todas las explicaciones sobran. Uno puede no tener ni idea de dónde está Japón en el mapa y aún así­ siempre le serán conocidos los nombres de Hiroshima y Nagasaki.
Hoy dí­a cualquiera que visite ambas ciudades difí­cilmente aceptarí­a el hecho de que apenas seis décadas atrás en el tiempo a un grupo de personas se les ocurrió borrarlas del mapa, las ciudades han sido reconstruidas prácticamente en su totalidad. Así­ que el error en la apreciación del visitante siempre será doble: la ciudad no tiene el aspecto de un lugar que sufrió tal aberración, primer error, y esto nos llevará a pensar que las heridas estén posiblemente cerradas mas no es así­, desgraciadamente siguen habiendo miles de afectados y siguen muriendo personas (existe la cifra oficial de 2000 personas sólo en el último año), pero el Enola Gay sigue siendo exhibido en el Steven F. Udvar-Hazy Center en Estados Unidos junto a inscripciones que aluden a esa excusa barata de los que carecen de más argumentos que no es otra que “el mal menor” (un ejemplo: “the use of the bombs led to the immediate surrender of Japan and made unnecessary the planned invasion of the Japanese home islands. Such an invasion, especially if undertaken for both main islands, would have led to very heavy casualties among American and Allied troops and Japanese civilians and military). Todos ellos dormirán muy tranquilos y tendrán la cabeza muy alta, se sentirán muy cerca de Dios y todo eso y hablarán del peligroso imperialismo enemigo de aquella época mientras ellos lo ejercen a diario bajo el beneplácito del personal.
Me alegro de ver que la ciudad está siempre repleta de extranjeros cuya visita no les deja precisamente indiferentes, a cualquiera que esté dentro de los umbrales de la normalidad, pasar por Hiroshima le hará pensar.

Esta foto de arriba nos muestra al fondo el edificio conocido como Genbaku Dome, lo que quedó de él. Más abajo he colocado las fotos con la historia de este edificio, está en inglés, no lo he traducido porque creo que se puede entender fácilmente y merece el pequeño esfuerzo de leerlo, no obstante si alguien necesitara una traducción estaré encantado de colocarla dentro de este post. Por cierto “Genbaku” significa bomba atómica, una palabra que el mundo conoció aquella mañana de agosto del año 1945.

Sobre este edificio, con ese cielo azul intenso y limpio, justo 61 años después de finalizar la Segunda Guerra Mundial, andábamos los dos y de verdad me costaba imaginar y me poní­a el bello de punta mirar hacia arriba, justo encima del Dome, donde aquel terrible hongo apareció para sesgar la vida de toda una ciudad.

El lugar es conocido ahora como Parque de la Paz. Volvimos allí­ el mismo dí­a por la noche y encontramos un lugar tranquilo, no exento de visitantes, pero con una paz terrible. De verdad, de no ser por el efecto contrario que ejercí­a el estadio de béisbol que existe justo al lado del Dome, que precisamente estaba lleno de gente en ese momento que veí­an a los Carps (el equipo local) ganar entre gritos de alegrí­a, el lugar es impresionante como pocos.

La iluminación nocturna del interior puede parecernos tétrica, pero cómo no iba a serlo.

Como decí­amos antes aquí­ os dejamos la historia del Dome tal y como se muestra en el mismo lugar:

Durante esta semana os mostraremos con detenimiento la ciudad de Hiroshima y parte de sus alrededores.

Un saludo a todos.