Kobe Luminarie ha sido este año un evento más breve que en ediciones anteriores, aunque no por ello ha congregado a menos visitantes. El pasado sábado, por ejemplo, pretendía llegar al centro de Sannomiya desde mi barrio pero desistí al ver la corriente humana que fluía desde la estación de Motomachi hacia el este de la ciudad. Uno no puede evitar acordarse de la Semana Santa o la Feria de Abril de Sevilla al ver a tanta gente.
Ayer pasamos por allí Yito, Ana y un servidor, para dejarnos contagiar un poco por el ambiente de Luminarie y también con el propósito de buscar un poco de calor humano en una noche tan fría como la de ayer.
Antes de ir directamente a Higashigouen subimos al edificio del Ayuntamiento de Kobe, justo al lado del parque, pues allí puede uno subir hasta el piso veinticuatro para disfrutar del espectáculo luminotécnico desde las alturas. Es completamente gratuito y la vista merece la pena. Fijaos en la vista que nos ofrece el edificio:
Y esta otra imagen es de la parte norte de Sannomiya, puesto que el edificio tiene un mirador de 360 grados:
Una vez bajamos nos armamos de valor para meternos en el embudo de personas que minutos antes habíamos divisado desde arriba. Y no nos arrepentimos, para nada. El lugar estaba lleno de puestos de comida y dulces, de modo que decidimos unirnos al festín como partícipes. Empezamos a estudiar las ofertas gastronómicas del lugar, desde el takoyaki…:
…al agemochi (mochi frito condimentado con kinako)…:
…pasando por el okonomiyaki (en versión pincho)…:
… y por la clásica salchicha con ketchup, servida por el mismísimo Peter Parker y su hermano:
Y en cuanto a dulces fijaos en este video:
Aquí Yito escuchando totalmente concentrada a Ana, con los agemochi que nos zampamos en una mano:
Y… falta algo, ¿no?, claro, hombre, ¿qué fiesta es una que no esté amenizada con un vinito? Compramos una botellita de vino de Kobe que vendían como omiyage, pero nos la tomamos al estilo Feria de Abril, como si fuera manzanilla, con vasitos de plástico mientras caminábamos.
Anda que si no fuera por los rótulos japoneses del fondo quién iba a discutirme que esta foto podía haber sido tomada en Sevilla (gran pose la de Ana, estrenando, por cierto, su “peazo” de chupa de cuero nuevecita):