Mi primer sábado después de volver desde España me di una vueltecita por Junkudo, que en Kobe tiene una librería bastante decente en Sannomiya. Realmente iba a buscar un libro de ilustraciones del que os hablaré en su momento, pero claro, uno empieza a ver libros impresos en papel de calidad, con páginas a todo color, con un tratamiento exquisito de los temas tratados, libros que se ven hechos con cariño. Y cuando le da la vuelta para buscar el precio se encuentra con que encima no son nada caros, o mejor dicho, valen lo que deben de valer.
Esto viene a cuento de que durante mi última estancia en España me sorprendió, o debo decir me escandalizó, el precio de los libros. Os pongo un ejemplo, uno de los libros de Murakami Haruki, “Kafka en la orilla”, que en Japón existe en dos ediciones (ambas en dos tomos), una de bolsillo que cuesta 780 yenes (cada librito) y una con pasta dura que cuesta 1680 (idem).
Pues bien, en España traducen el libro y se ve que les costó trabajo, porque una triste edición en encuadernación rústica cuesta 24 euros. Después uno lee titulares como este “Los alumnos españoles de secundaria, a la cola mundial en matemáticas, ciencia y lectura“. Pues tampoco es que se esté tratando de solucionar la cosa, vaya, con esos precios por una novela ya podemos decir que leer es un lujo. VergíŒencita de país el mío, señores, mucho sinvergíŒenza por metro cuadrado es lo que hay.
Bueno, volviendo al tema, Japón no es Jauja, pero los libros están al alcance de cualquiera, por eso aquí lee todo dios, así de sencillo.
El libro que compré se titula “Saishiki no Kyoto”, “El Kyoto colorido” o algo así, y es un repaso a algunos de los principales templos de la ciudad por medio de antiguas fotografías coloreadas. Una maravilla de libro que me guiará por Kyoto en más de una ocasión, seguro que sí, y que me costó 1200 yenes.