Ayer estuvimos de nuevo de “ohanami”, esta vez por Ashiya, en un lugar llamado Shukugawa. Como su nombre indica se trata de un río, más bien un riachuelo en esta época, pero que ve como su caudal aumenta con las lluvias del “tsuyu” y con el deshielo del invierno tardío. Así las nieves del monte Rokko van a parar una vez derretidas a la bahía.
La zona es enormemente popular durante la floración del cerezo, pues ambos márgenes del río están flanqueados por estos árboles, algunos de ellos robustos ejemplares que alcanzan ya una edad más que respetable.
Siendo domingo y teniendo un cielo y una temperatura como la de ayer el escenario es propicio para la fiesta. Pasear por allí y ver a tantísima gente disfrutando de un modo tan sano deja a uno con el espíritu algo renovado.
Como es habitual en mi hice trabajar a la pequeña IXY, de modo que en cuanto tenga un ratito subiré al blog algunas fotos.
Hoy os daré un bocadito de lo que fue el paseo.
Resulta que existe en Japón un grupito de chicas que dicen ser admiradoras de Marie Antoinette. Al parecer no lo son a raíz de la película de Sofia Coppola sino que la cosa viene de más atrás. De hecho uno de los “shojomanga” más populares de todos los tiempos es “ベルサイユのばら” (La Rose de Versailles), de Ikeda Riyoko, al que la misma Yito es muy aficionada.
Pues íbamos caminando por Shukugawa cuando nos topamos con un grupito de ellas:
Aquí la veis más de cerca:
Las chicas accedieron amablemente a posar, y de hecho me da la impresión de que tenían más que estudiada la manera de hacerlo (poned especial atención en sus mascotas):
Más tarde, cuando ya hacíamos el camino de vuelta hacia la estación de tren volvimos a verlas junto a uno de los numerosos puestos de “takoyaki” que suele haber en cualquier evento al aire libre que se celebre en la zona de Hanshin: