Ya va haciendo calor por aquí y el tiempo está rarete. Ayer salí de casa a eso del mediodía japonés y hacía un solazo increíble, que un par de horas más tarde vio como las nubes iban haciéndolo desaparecer de allí arriba. En el aire se respira cada vez más la humedad que precede al tsuyu, la temporada de lluvias, que está al caer.
Aprovechando ese sol me di un paseíto por Motomachi.
Lo primero que hice fue visitar una tienda especializada en caligrafía japonesa que descubrí en el shotengai hace unos días. Se llama Minase y parece ser un negocio famliar que seguro que tiene su historia en el barrio. Esta es la entrada del establecimiento:
En la entrada venden abanicos japoneses “uchiwa”, por supuesto la mayoría de ellos sin dibujos, listos para que escribamos o dibujemos sobre ellos con acuarelas, venden también tintas de oferta y pinceles hechos con bambú.
Si entramos, aunque esto del Shodo sea algo totalmente desconocido para nosotros, no dejará de sorprendernos la cantidad de materiales que allí hay: pinceles de todos los tipos y tamaños, como ese enorme que cuelga del techo, papel de todo tipo, materiales para fabricarnos nuestros sellos (como aquel con el que hace unos días yo firmaba mis fotos colocadas en uno de nuestros posts), acuarelas y tintas de todo tipo, sobres de estilo nipón, etc. Todo bastante auténtico y con precios mucho más asequibles que los que nos podemos encontrar en lugares como Tokyo Hands.
Para muestra fijaos en esta foto:
Siguiendo mi camino hacia el este, paralelo a las vías de la JR pero siempre bajo la sombra, me paré a sacar esta foto en la que vemos a un chico limpiando el tejadito de su negocio en Motoko Town:
Más cerca de Motomachi Eki paré para echar un vistazo a la parte exterior de los locales que llenan de vida Motoko Town. La verdad es que algunos están prácticamente en ruinas!. Esta imagen de uno de ellos, en concreto un negocio de lanas:
Aunque lo cierto es que los dueños han sabido disimular ese estado decadentillo a base de colocar muchas plantas. Hasta el gatito parece colocado aposta!:
Este otro estaba aún peor. Al parte de su interior a través de las ventanas pensé que estaba abandonado, pero descubrí que había varios botes de jabón y champú junto a la ventana en lo que parece ser un servicio. Es lo más parecido al escenario del Silent Hill 4 que he visto. Quiero pensar que el dueño del local no vive ahí!:
Este es el mismo lugar desde otra perspectiva. El caso es que en las fotos impresiona mucho menos, parece incluso cuidado, pero no os dejéis engañar:
Y finalmente llegué a Motomachi Eki. Aquí os pongo un par de imágenes desde una cuestecita que es un gustazo bajarla en la bici, jejeje. A la derecha vemos el andén de la JR y por debajo las vías del ferrocarril de la línea Hankyu, ya sabéis que el subsuelo japonés en las grandes ciudades es lo más parecido a un queso gruyer: