Hace un mes ahora de nuestra última visita a la prefectura de Shiga. En esta ocasión fuimos para repetir aquel viaje del año pasado a la isla de Chikubushima, para mostrársela a nuestros amigos Mari íngeles y Paco, que creo que quedaron satisfechos con la excursión. Pero para aprovechar mejor el día salimos tempranito de Kobe para reservar unas horas de la tarde y visitar el Castillo de Hikone.
El castillo data del siglo XVII. Su construcción comenzó paralela al período Edo y la familia damyíµ Ii, señores feudales que gobernaban la zona, fue responsable de ello.
El inicio de las obras se remonta al año 1603 y todo el proceso duró unos veinte años.
Este año la ciudad de Hikone celebra el cuarto centenario del castillo, mostrando al público secciones del recinto que normalmente tienen un acceso restringido.
Esta estatua ecuestre está en la plaza ubicada junto a la estación de ferrocarril de Hikone, se trata de Ii Naosuke, señor feudal:
El letrero en el cartel de la siguiente imagen dice “Encuentro con lo auténtico, Joka-machi, Hikone” (ほんものとの出会い、城下町、彦根). Joka-machi es un término que designa a las ciudades que eran erigidas alrededor de un castillo. La joka-machi de Hikone merece una mención especial pues en la actualidad podemos tener una certera idea de como sería esta zona de la ciudad antaño y no sólo eso sino que en una parte en concreto, conocida como “Yume-kyobashi Castle Road” se está llevando a cabo un proceso de reconstrucción de dicho sector, adaptando locales de la era actual Heisei al período de Edo. Pasear por estas calles es una experiencia increíble.
En la entrada principal, la Omote-mon, dejamos atrás la ciudad para comenzar el ascenso al castillo. Cruzamos para ello uno de los puentes que salvan uno de los tres fosos que protegían el recinto.
Una vez en el interior encontramos una serie de peldaños de piedra que hacen que el ascenso se complique un poco, especialmente si el día es tan caluroso como el que elegimos nosotros. Estos escalones son diferentes en altura y profundidad y constituían un defensa ante los posibles invasores. Hemos de tener en cuenta que un soldado enemigo los hubiese tratado de subir siempre a un ritmo acelerado, no iba a poderse permitir ir al mismo ritmo que nosotros cuando lo visitamos. Es un detalle obvio pero importante.
La estructura del puente de madera que se levanta sobre nuestras cabezas es impresionante:
He oído que esta campana aún marca la hora en Hikone, aunque sólo en cinco ocasiones cada día:
Ya arriba divisamos el Tenshu, la estructura principal del castillo, que consta de tres alturas que se elevan a 21 metros. Fue designada Tesoro Nacional en el año 1952, rango que ostenta junto a otro maravilloso castillo, el de Himeji.
Llegados a este punto habíamos dejado atrás bastantes escalones que habíamos subido bajo un sol de justicia. Pero nos aguardaba una pequeña sorpresa, algo simple pero efectivo. Se trata de unos tubos que expulsan agua fría pulverizada tan fina que parece vapor. Uno se coloca debajo y puede refrescarse a gusto. Un día después fuimos a Hiroshima y volví a ver el invento en la estación de JR.
Aquí vemos como mi colega Paco aprovecha el artilugio:
Una imagen del Tenshu desde otra perspectiva:
Desde el interior del Tenshu la vista de la ciudad y del lago Biwa es sencillamente impresionante. Eso sí, para poder disfrutar de ella hemos de subir unas escaleras cuya pendiente parece estar hecha a mala idea. Además hemos de hacerlo descalzados pues está prohibida la entrada con cualquier tipo de zapatos o zapatillas. Pero merece muchísimo la pena:
En esta foto podemos ver la base sobre la que se alza el Tenshu:
Y ya desde la sombra de los arces y los cerezos (más de mil cerezos rodean el castillo) una última toma antes de proceder a la visita de los jardines Genkyu-en, pero eso lo veremos en este blog otro día 🙂 :