Desde hace pocas semanas la Torre de Kobe está parcialmente cubierta por un impresionante andamiaje. El enorme entramado hiperbólico que configura el que es ya el edificio más emblemático de la ciudad está siendo reparado del deterioro al que está condenado a sufrir debido a su ubicación. Sin duda el salitre del puerto le pasa factura al metal. De hecho no es la única construcción que en estos días se esconde de las miradas de los turistas, la vieja signal-station que queda al sur de Mosaic también está recibiendo un lavado de cara.
Me alegra ver que Kobe cuida su patrimonio urbano. Ahí la de cal. Lo que no comprendo es cómo a poquísimos metros del mismo Mosaic, todavía en la zona de Harborland, han comenzado unas obras para levantar un complejo de viviendas, eliminando para ello una parte del parque que existe justo en frente del astillero de Kawasaki. Una verdadera pena la tendencia que parece estar instalándose en esta atípicamente agradable urbe nipona.