Naoki: I´m happy that you interview me so, if possible, report all over the world, this is Japan, it´s a part of Japan, it´s true.
Sean: special poor.
Naoki: not special poor, this is usual poor in Japan.
Las palabras de la cita que abre esta entrada pertenecen al desgarrador documental “Japan: A Story of Love and Hate”, dirigido por Sean McAllister. Supe de él gracias a mi amigo Raúl, quien me recomendó su visionado. Se trata de una reciente producción de la BBC junto a la NHK donde es ofrecido un valioso testimonio que viene a ratificar como mito aquello de la perfección de la vida materialista y se nos muestra la obediencia (que en ocasiones llega a ser aplastante) como rasgo inherente a la cultura nipona. Ver este reportaje es sin duda algo imprescindible para todo aquel que tenga interés en explorar la sociedad japonesa más allá de los manidos estereotipos. A continuación traduzco las palabras que el autor del documental usa para describirnos su contenido.
Naoki, de 56 años, lo tuvo todo en el Japón de la Burbuja Económica: regentaba un negocio en el que tenía empleadas a 70 personas, conducía un BMW y vivía en una casa con 6 dormitorios. Pero cuando la Burbuja estalló a comienzos de la década de los 90 lo perdió todo, acabó divorciándose por tercera vez y sin un yen.
Se salvó de convertirse en un sin techo porque su novia de 29 años, Yoshie, lo acogió a pesar de que ella vivía en un minúsculo apartamento de una única habitación sin ventanas.
Con su edad el único trabajo al que Naoki pudo acceder fue a uno a media jornada en una oficina de correos. En Japón estar empleado a media jornada puede significar trabajar 7 horas diarias ganando unos 4500 euros al año. Yoshie necesita ahora recurrir a trabajos extras para mantenerlo, llegando a trabajar 15 horas al día repartidas en hasta tres empleos diferentes.
Cada mañana Yoshie deja a Naoki en casa encargado de las tareas domésticas y se dirige a un sórdido bar de alterne, donde ella recibe dinero para beber y por flirtear con hombres casados. En ocasiones Yoshie vuelve a casa ebria y acaba burlándose de los paupérrimos ingresos de Naoki. Tras tomar su dosis nocturna de somníferos no puede recordar nada al despertar.
Naoki ve su relación con Yoshie como la generada por un vínculo del tipo padre e hija más que como un noviazgo común. Admite que desde que perdió su negocio ha perdido toda confianza, incluso en el terreno sexual. La vida de esta pareja es una historia de supervivencia dentro la que se supone que es la segunda potencia económica del mundo.