Una de las cosas que más me sorprendieron al llegar a Japón fue el poder ver a tanta gente joven tocando música en las calles y clubs.
Es algo que me sorprendió porque desgraciadamente en ciudades como Sevilla este tipo de manifestaciones culturales están mal vistas si se practican en la vía pública y por otra parte los clubs y bares tampoco ayudan mucho a promocionar este mundillo. En Sevilla toda manifestación musical en la calle que no vaya acompañando a una cofradía es susceptible de ser erradicada, somos así, qué le vamos a hacer… Bueno, esos tipos vestidos de negro que se hacen llamar tunos también tienen la benevolencia de los sevillanitos.
Después me sentí doblemente sorprendido por las cualidades técnicas de algunos de estos chicos. Conozco a muy buenos músicos en Sevilla, pero es cierto que es más difícil encontrar a alguien que destaque, seguramente por el carácter autodidacta de los músicos allí, aunque hay verdaderos cracks. Aquí lo excepcional es encontrar a alguien que no haya tenido algún contacto con la música. Los chicos estudian música y no sólo leen solfeo perfectamente sino que normalmente tocan uno o varios instrumentos. Envidia sana me dan algunos.
El nivel adquisitivo de muchos de estos chicos les permite tener además instrumentos de primera clase; es normal ver en la calle guitarras Stratocaster y no precisamente made in Japan, Gibsons, etc. Paradójicamente yo compré una Yamaha mientras mis amigos japoneses sólo compraban instrumentos americanos.
El año pasado tuve la suerte de conocer por medio de la guitarra a algunos buenos amigos. En la siguiente foto estoy junto a dos de ellos: Tomo, un nikkei que se vino a Kobe desde New York, y Shin, un chico de Kobe.
Tomo, a la izquierda, toca la guitarra y compone sus propias canciones. Su lengua nativa es el inglés, pero su japonés es francamente bueno. Ahora está en Tokyo, porque para un joven emprendedor como él la gran ciudad ofrece mejores opciones que Kobe.
Shin es bastante joven y compagina sus estudios con su baito (trabajo temporal), y además encuentra tiempo para dedicarse a tocar la batería. Es bastante bueno tocando.
Pues con ellos formamos un grupito, con la intención de pasar un buen rato juntos tocando por clubes de Kobe y Osaka.
Fue divertido, conocí a mucha gente y pude sentirme dentro de un grupo, no me refiero al grupo de música sino al grupo de amiguetes. Porque eso de ser gaijin y conocer fácilmente a gente aquí que no hable más que japonés es por lo menos muy difícil.
Cada vez que teníamos una tocata sólo era necesario presentarse en el sitio con la guitarra. Cuando tocaba en Sevilla siempre teníamos que llevar todo: guitarras, batería, amplis, cables, pedales…
Aquí todo está ya preparado en el local, sólo te llevas los instrumentos más personales, hay incluso baterías y teclados disponibles para todo el que llegue a tocar. Además, a diferencia de mi anterior experiencia en Sevilla, donde nosotros mismos teníamos que sonorizar todo antes de tocar, aquí siempre hay una o varias personas que se encargan de todo ese trabajo. Eso sí, aquí no te pagan un duro por tocar y como mucho te pagan el desplazamiento, si vienes de lejos, y algunas copichuelas.
La foto anterior es de una conciertillo que hicimos junto a varios grupos en el local de unos amiguetes en Nishiwaki, una localidad bastante rural de la prefectura de Hyogo, de donde es Shin.
La siguiente foto es del club Otoya, en Sannomiya, Kobe, donde solíamos tocar un par de jueves al mes.
Aquí estamos algunos coleguillas a la salida, ya pasada la madrugada, de otro de los clubs de Kobe, donde la noche anterior tocaron mis amigos de Akashi Rocks y The Hot Crews, de los que hablé en un post anterior. El otro gaijin de la foto es mi coleguita Jean Baptiste, conocido como JB por todos los que estamos en la foto.
Por cierto, Libre Gatos era el nombre que Tomo eligió para nuestro experimento de grupo. íl estudió un poquito de español en Estados Unidos, pero un poquito. El caso es que me hacía mucha gracia ese nombre y aunque él quiso cambiarlo cuando le dije que era rarete yo le dije que mejor así, más simpático, no?!, al fin y al cabo estamos en Japón :-p
OH—-,JAVI.
KAKKOEEEEEEEEE!!!
Wow!
Sí, es cierto que aquí en españa las cosas en la música estan bastante mal. Japón tiene un circuito indie muy potente, y una cultura musical quizá más elevada que aquí. Parece que es muy común el aprender a tocar algun instrumento. Nabetxan tocaba el piano y aún le queda un poquiiiiito, y su hermana toca piano y ahora esta aprendiendo a tocar el taishoo-goto.
Supongo que el tema de clubes escolares, actividades extraescolares y todo eso tienen mucho que ver, estando muy normalizadas en Japón.
Yo, guitarra, en el guitar freaks 😛
¡Uy! Pues yo en el metro de Madrid veo a chavales que valen mucho y a gente que lo hace tan bien que te dan ganas de pagarles para que vayan a tocar a una fiesta o algo.
Yo no veo mal que se toque en la calle, es más divertido verlo y te amenizan mucho. Lo que sí vería mal es lo que la cofradía, aquí no es muy normal… Los tunos sí que se ven, pero lo de las cofradías… xD. Excepto las abuelas, les miraría mal todo el mundo.
creo que me he enamorado(tuka tuka)
me parese muy bueno lo que asen la musika es vida y me gustaria conoserlos a todos