Tomé el nombre de una pastelería del barrio para mi blog. Recuerdo que estaba abriendo la cuenta en aquel sitio llamado bitacoras.com (del que muchos tuvimos que salir algún tiempo después porque el servidor fallaba más que los augurios de la bruja Lola) y tenía todos los campos requeridos rellenos excepto el del título del blog. Entonces me puse a pensar en cosas cercanas que supuestamente guardaran algún vínculo con lo que en lo sucesivo fuera a aparecer en mi página. Y dicen que no hay nada más evocador que un aroma, de modo que pensé en los que asocio a este rincón de Kobe. Así llegué a una pequeña lista de tres opciones concretas: el café, el té houji y el bizcocho de Motomachi Cake.
El primero de ellos me pareció demasiado común dentro de la ciudad. Hay buenísimos cafés en Kobe. Obviamente no hablo de ninguna de las cadenas modernas de cafeterías sino de las clásicas kissaten que hay repartidas por doquier, por tanto no me pareció un elemento distintivo.
El segundo es uno de los olores que siempre recuerdo como de los primeros que pude retener el día que llegaba a Japón por primera vez. Tiene para mi un significado especial y guarda toda esa confusión que experimenta el recién llegado, la excitación ante lo mucho que le queda por conocer.
De manera que solo me quedaba una opción. Si abro por la mañana la ventana de la terraza entra por ella el aroma de la harina, los huevos y el azúcar recién horneados que viene de Motomachi Cake. El nombre me pareció perfecto y me sigue pareciendo muy adecuado.
Hoy pasé por la tienda a comprar unos pasteles y estando allí pensé que le debía una pequeña dosis de veneración. Después, en casa tomamos un cafelito y aproveché para sacar una foto del “pastelito de Motomachi”. Este en concreto es el más popular de la pastelería:
Se llama “zakuro” (ざくろ), que significa “granada” en español, pero curiosamente sus ingredientes no tienen ninguna relación con el fruto del granado. Quizás debe su nombre a su apariencia. Sea como fuere la cosa es que es una delicia que tan solo cuesta 250 yenes. Se trata de una de las joyas de la repostería local, cualquiera que presuma de conocer la ciudad habrá oído hablar alguna que otra vez sobre Motomachi Cake.
Lo cierto es que desde hace unos días están de reformas, pero mantienen el negocio mientras tanto en una pequeña tienda anexa, además de la que existe en los almacenes Daimaru.
Si sois golosos, como nosotros, y pasáis por Kobe no dejéis de visitar Motomachi Cake.
Igual hasta coincidimos por allí 😀 .
Es curioso lo poderoso que es el sentido del olfato a la hora de construir recuerdos. No se cuando iré a Kobe, pero me anoto la recomendación.
oh¡¡¡¡ yo desde que empeze a leer tu blog me preguntaba el “porque de ese nombre” pero ya aclarado el asunto no queda mas que seguir leyendo….gracias x aclarar XD
mmmmm que bueno!! lo apunto en mi ruta por Japón 😉