Kobe Jazz Street

El festival Kobe Jazz Street es uno de los eventos más prestigiosos dedicados a dicho género musical en todo el paí­s y aun fuera de sus fronteras. Sus inicios se remontan al año 1982, cuando algunos jazzeros de la ciudad, sugestionados por un cierto parecido –según ellos– entre algunas de las calles del distrito de Kitano (en el norte de la ciudad) y la famosa 52nd Street de Nueva York, decidieron crear un evento que reuniera a la flor y nata del jazz (aunque también tienen cabida los músicos amateur) para deleitar a los aficionados locales con actuaciones que tienen lugar simultáneamente en quince salas ubicadas en el citado distrito. Mediante la adquisición de una camiseta o un polo con el logotipo del festival podremos acceder a las diferentes sesiones.

Este año el evento tuvo lugar durante el pasado fin de semana. Por la mañana anduve ocupado pero en cuanto pude me dirigí­ hacia Kitano, pues no querí­a perderme la ocasión de pasear por sus calles y catar el ambiente que allí­ se respiraba.

Sone es uno de las principales salas de jazz del barrio.

Decidí­ subir hasta Kitano Circus, una pequeñita plaza en lo alto del barrio que ofrece unas extraordinarias vistas de la ciudad. Se trata, obviamente, de una de las zonas más visitadas de Kobe donde nunca faltan turistas. Dada la cercaní­a fí­sica del festival muchos de los jazzeros foráneos paseaban por allí­ en la tarde del sábado.
El lugar reúne algunas edificaciones de estilo europeo que conforman el “Ijinkan” (que literalmente significa “casa extranjera”) y que ocupan esta ubicación desde hace más de 100 años en algunos casos. Estas casas fueron habitadas por los inmigrantes extranjeros llegados a la ciudad portuaria con el sueño de hacer fortuna. El interés histórico del emplazamiento es por tanto indudable.
Mientras subí­a una empinada cuesta que da acceso a Kitano Circus me percaté de la presencia de algunas cámaras de televisión. Estaban filmando a un chico que empujaba un carrito de madera sobre el que habí­a una enorme tarta de bodas. Eché un vistazo pero rápidamente el porteador y su pastel desaparecieron del alcance de mi vista.

Detalle de la entrada de una vivienda colindante a la Weathercock House.

Seguí­ mi camino y llegué a la placita enclavada tras una escalinata flanqueada por pequeñas fuentes en cascada. La proximidad de la montaña, a apenas unos metros de allí­, deja que la pureza del aire sea fácilmente perceptible en contraste con la parte baja de la ciudad. También parece como si la contaminación acústica de la urbe fuese repelida por el verdor del monte.

La Weathercock House.

En un marco tan incomparable me hallaba cuando de repente se dejó notar un pequeño revuelo: el equipo de televisión habí­a llegado al lugar precedido del chico de la tarta. Avancé unos pasos para ver de qué se trataba y levanté mi cámara para sacar una foto del momento. Fue hacerlo y aparecer un “mozalbete” con el ánimo aparentemente turbado, haciendo una equis con los brazos mientras se dirigí­a hací­a donde yo estaba, vociferando: “shashin dame desu!”. Tomé la foto que veis abajo y me di la vuelta dando por perdido el más mí­nimo interés, pero cavilando acerca de la prepotencia de estos muchachotes de la tele, pues no es la primera vez que presencio este tipo de escenas. Ya el año pasado, mientras regresaba un viernes por la noche a casa desde el trabajo, me crucé con el mismí­simo Katori Shingo vestido de Son Goku… Al parecer estaban grabando un programa para promocionar una nueva pelí­cula a la par que hací­a lo propio el restaurante chino donde el cantante de SMAP, acompañado de todo el elenco de miembros del equipo, entró. A pesar de que no habí­a precisamente una muchedumbre congregada algunas chicas sacaron sus móviles para tratar de llevarse alguna prueba digital de lo que allí­ acontecí­a, con el fin de ser objetos de la envidia de sus amigas al dí­a siguiente. Pero al igual que el pasado sábado en Kitano no tardó en aparecer un “chaveas” en la misma disposición que el retratado, quien no satisfecho con el veto oral se dedicó a tapar con una carpeta los objetivos de las cámaras de los móviles que iba encontrando a su paso.

Siempre he pensado que a la hora de sacar una foto donde aparecen personas hay que andarse con pies de plomo, pero no creo que sea equiparable la cosa si uno se encuentra al mismí­simo rey mono caminando por su barrio o si se está en un lugar de interés turí­stico especial. Exceso de celo creo que lo llaman.

Por la expresión de su cara se podrí­a decir que me está perdonando la vida.😀

Cuando mostré la foto tomada a Yito me aclaró que se trataba de dos de los integrantes de la banda Tokio, uno de tantos del grupo Johnny´s (empresa de la que salen muchachitos de estos como churros y todos se hacen famosos casi por decreto ley). “Hay que joderse”, me dije, con los dueños de la calle hemos topado. No hay mejor momento y lugar para grabar el programita de marras que en Kitano el dí­a del Kobe Jazz Street, donde por cierto hay músicos de verdad a punta de pala, y sin semejantes exclusivos derechos de imagen.

Este no se quejó cuando lo retraté.

5 Responses to “Kobe Jazz Street”

  1. lorco says:

    Lo de “poseer” calles y lugares publico tan solo por tener una cámara me recuerda al disco de Estopa (¿La Calle Es Tuya?) que al parecer recibió ese nombre por lo mismo.
    Un chiquillo se les quejo mientras rodaban uno de los ví­deos…

    (fotos, como siempre, terribles!!)

  2. Kanyin says:

    Pues que mala onda he, a mi me paso lo mismo en un Mall de este lado, estaba tomando fotos a una amiga en su nuevo trabajo y llego un soquete a quitarme la camara ¬¬ el muy animal le saco el rollo y todo, de mas esta decirte que casi le arranco la cabeza por que me daño la puertita de la camara que Ademas no era mia.

  3. Hikari says:

    Hola Javi ! , la verdad es que cada vez nos lo ponen mas difí­cil , pero a mi este tipo de gente lo único que hacen es motivarme más si cabe . Por cierto que sacar fotos de personas en la calle sin ánimo comercial es totalmente legal .
    Yo de momento no he tenido problemas y eso que me arrimo bastante !

    Un abrazo !

  4. Javier says:

    Mis respetos para usted mi estimado. Que buenas fotos, no solo es la calidad de la imagen sino que tambien lo es el angulo o encuadre desde donde decides tomarlas. Buen trabajo.

    SALUDOS DESDE JAPON.

  5. 猿ちゃん says:

    Las fotos, para variar, estupendas. Es curioso, no? Pero creo que no te pueden obligar a no realizar fotos en la calle. Una cosa es que vayas a realizar fotos a una persona en concreto o tal y que esta no quiera ser fotografiada, pues en tal caso vale. Pero no creo que haya una ley que prohiba hacer fotos generales o panorámicas en un lugar público como la calle o que de autoridad a un “monigote” como el de la foto para obligarte a dejar de fotografiar. Acaso no puedes sacar una foto del letrero de Kitano Tenma nantoka por que ya haya unos “tipejos” haciendo una burda grabación de video? Qué pasa!? Alquilaron esa zona por unas horas? 🙂
    Este verano estuve en tu ciudad natal, Sevilla, con mi novia que tení­a muchas de volver a ir. Y paseando por las calles del centro vimos que estaban rodando una pelí­cula o una serie o algo de eso. Uno de los protagonistas era el que hací­a de “el Richard” en Siete Vidas -no recuerdo su nombre real-. Yuka me dijo que me esperara que iba a hacer unas fotos. Sacó su cámara y nadie le dijo nada por tomar fotos. Ahí­ cada uno iba a su bola y no prestaban atención a lo que ocurrí­a alrededor. Supongo que mientras no avasalles a los actores y tal no tiene que haber ningún problema por sacar unas fotos en un lugar que pertenece a todos.

    Pues bien, sigue sacando fotos y deleitándonos con tu talento innato para escribir.

    Un saludo desde Elche, Alicante.

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