Cuando decidimos pasar la pasada Golden Week en Tokyo pensé que sería interesante visitar alguno de los museos de la capital. Fue toda una sorpresa descubrir que la vecina prefectura de Saitama albergaba nada más y nada menos que uno dedicado a John Lennon. Desde entonces nuestra agenda vacacional ya tenía un hueco menos por llenar.
El John Lennon Museum abrió al público el 9 de octubre de 2000, en el 60 aniversario del nacimiento del artista. Con la aprobación de Yoko Ono, se convirtía en el primer museo de su tipo en el mundo. Fue concebido con el propósito de transmitir la vida y la obra del cantante al siglo XXI del modo más correcto posible.
En un principio el acuerdo entre la Taisei Corporation (la empresa que gestiona el museo) y Yoko Ono (propietaria de la colección que en él se exhibe) establecía un periodo de cinco años de existencia para el museo. Sin embargo una revisión de dicho convenio lo prorrogó a diez años. Quiere decir esto que el museo cerrará sus puertas el próximo 30 de septiembre.
Su ubicación dentro del Saitama Super Arena (uno de los estadios multiusos más grandes del país) le añaden a la experiencia un grado más de interés, si cabe. Para llegar a él tenemos que acceder a la línea JR Keihin Tohoku para apearnos en la estación Saitama Shintoshin. Hay múltiples maneras llegar a dicha línea pero lo más rápido es hacerlo desde la estación de JR Ueno, en la bien conocida Yamanote. Para más información no dejéis de visitar la web del museo.
Entre las piezas que pueden ser admiradas se encuentran algunas de las guitarras que Lennon usó, ropas que son ahora iconos (por ejemplo la famosa camiseta de New York City o la camisa militar del concierto en la misma ciudad), sus famosas gafas, etc.
De todos esos artículos me llamó especialmente la atención un cuadernito que acompañó al Beatle en un viaje por La India. En él escribió un total de quince canciones que verían posteriormente la luz al publicarse los álbumes Abbey Road y The White Album. Una de aquellas canciones es la que John Lennon dedicaba a su madre, Julia.
Obviamente pasar por aquella galería llena de trocitos de la vida de una de las personas más influyentes del siglo XX no puede dejar indiferente a nadie. La visita resultó para mi bastante emocionante.En el video que dejo a continuación va mi pequeño y humilde homenaje al artista que ha puesto y sigue poniéndole banda sonora a mi vida. Vaya pues, con el debido respeto…
Por fin Tokio!!!
Ya nos sentaremos, algún día, alrededor de unos umeshicos y me contaréis la experiencia… yo me quedé con todas las ganas del mundo de ir al museo de John san, by Yoko san. Otra vez será (si llego antes del 30!)
Preciosa entrada Javilón.
Besicos
Hombre! Naturalezas girl!!!
Gracias por el comentario!
Y sí, ya nos veremos y hablaremos largo y tendido con unos “umeboshissss”!!!, jajaja!!!
jaja, pareces un mod!!
Somos los mods, somos los mods, somos los, somos los, somos los mods!!! :-p
[…] diez años más de los que hacía que el Sargento Peppers enseñó a una banda a tocar, treinta años sin Lennon. Setenta habría cumplido en […]