En Japón no sobra el espacio y en las ciudades el metro cuadrado se paga caro, claro que en España no es que lo regalen precisamente.
El caso es que en España tenemos una situación un tanto más desahogada en cuanto al espacio. Si miramos las cifras oficiales podremos hacernos una idea más precisa de la situación de un país en comparación con el otro:
Población de España: 44.108.530 habitantes
Población de Japón: 127.333.002 habitantes
Extensión en km2 de España: 506.013
Extensión en km2 de Japón: 377.835
Conclusión facilona: poquito espacio en Japón para tanta gente 😉
Bueno, vistos esos números quizás nos choque el modo en que se aprovecha el espacio en Japón. Como muestra os quiero enseñar una foto que tomé hace unos días en el barrio de Gion, en pleno corazón de Kyoto, pero es una imagen que fácilmente se repite en cualquier otra ciudad japonesa:
Todas esas letras del rótulo luminoso no son más que el directorio de bares que alberga ese edificio, en sólo cinco plantas. Desde que vi estos “planos luminosos” por primera vez no dejo de preguntarme cómo captan nuevos clientes estos locales. Ciertos es que suelen vivir de una clientela habitual, pero… ¿es suficiente ese reducido número de clientes para sacar adelante el negocio?, ¿es necesario llenar un edificio de mini locales?, ¿no funcionaría un modelo de bar más amplio?, ¿de verdad les resulta cómodo a los japoneses este sistema?.
Aquí vemos el rótulo luminoso con más detalle:
En lo que a mi respecta si necesito encontrar un bar mi instinto sevillano me llevará a locales que estén a ras de suelo. Es más, recuerdo una ocasión en la que buscaba con un amigo francés un nuevo lugar en el que tomar unas copas y fue divertido, pero lo cierto es que acabamos yendo al mismo sitio de siempre tras ver el panorama (bares con cuatro gatos y alguna hostess con la edad suficiente para ser nuestra madre, karaokes en plena barra del bar con música enka, etc…). Además uno sube al ascensor y en muchas ocasiones suele encontrarse con que al abrise las puertas del mismo tras subir a la planta elegida estamos ya en el interior del bar, en plan trampa para que uno no se escape sin tomarse una copita, copita que no es ni mucho menos barata, con suerte serán 500 yenes y con muchísima suerte no nos cobrarán el impuesto del “service”, otros 500 yenes del ala. Podremos pensar que con esos precios sí que puede llegar a ser rentable a pesar de tener pocos clientes, pero… ¿se puede tener una clientela fiel con esas condiciones?, bueno, imagino que dependerá del ambiente y por otra parte hubo quien dijo eso de “hay gente pa tó…”.
Y en lo referente a la elección del espacio reducido para estos locales imagino que igual eso se agradece en un país con gentes muy dadas a guardar la intimidad ante el vecino.
Saludos!.
Me da curiosidad el saber como son por dentro, Javi no tienes fotos de los “antros” en Japón, imagino que deben ser muy reducidos. Los asientos, mesas ¿cómo son? O una descripción sería interesante.
Saludos.
¿Y si entras no puedes salir? ¿O es solo de mala educación? Jolín, es que si te obligan a consumir, normal que no queráis volver ^
Pues tiene mucho sentido eso que dices de que es por la privacidad.
Y otra idea que lanzo yo es que también puede ser por la afición de los japoneses de ir cada vez a un sitio distinto, sobre todo cuando van en grupo (verídico). Así están de preparados para hacerte la novatada en todas partes.
Espero que por ese precio las camareras te ofrezcan algun servicio mas….porque si no vaya timo.