Uno va dejando las cosas pasar y luego se encuentra con muchas cuestas que ha de caminar siempre hacia arriba. Bueno, en cierta medida la cosa es evitable, por ejemplo este blog, hace días que os dije que subiría más fotos de Kyoto, de aquella visita que hicimos hace ya un mes. Perdonad el retraso, aquí llegan.
Creo que estábamos allá por el río Kamogawa. Pues desde ahí seguiremos, con la imagen de este chico, un chavo que se dedica a embelesar a las chicas a las que entrega a cambio de unos yenes unas bonitas caligrafías, escritos en los que describe algo sobre la personalidad de ellas:
Kamogawa, un lugar precioso para caminar, si puede ser acompañado. Yo lo hice con la mejor compañía del mundo, que ya sabéis quien es:
La orilla del río es un lugar muy acogedor que reúne a parejas y amigos. El único problema es el que suponen las nubes de mosquitos que nos acompañarán a la caída de la tarde:
También puede ser muy agradable el sonido de las aguas del río:
Y en la misma orilla podemos encontrar muchísimas casas antiguas, la mayoría de ellas restaurantes. En la antena del tejado de una de estas casas nos sorprendió descubrir la silueta de lo que en principio pensamos que era un cuervo:
…pero no era un cuervo:
En una de esas terrazas este señor aprovechaba para dar unas caladitas a su cigarrillo:
A los pies de esas casas hay un canal bañado por las mismas aguas del río, pero muy estrecho. El reflejo de las luces es muy pintorezco:
Reflejos que en su mayoría vienen de farolillos de papel:
Bonito lugar este Kamogawa mientras anochece:
La luna al fondo y unas chicas en primer plano congelando el momento con la digicame:
Y caminando hacia el este nos adentramos en Gion, en una de sus calles donde nos encontramos con muchas puertas cerradas, puertas de casas que sólo aceptan invitados que eligen de un modo un tanto elitista, un visitante de a pie no podrá acceder a sus interiores de no ir acompañado por una persona que sea cliente habitual:
Aquí con Yito junto en la misma calle:
Ya de vuelta a Kawaramachi nos encontramos por el camino con una auténtica Geiko que seguramente se apresuraba para llegar a una de sus citas de la noche en algunas de las casas de las que os hablamos. La foto está movida porque la mujer de verdad que iba con muchas prisas:
Y de vuelta al punto de partida, justo al lado del puente que cruza el río Kamogawa, frente a uno de los teatros de Gion, punto de encuentro de las gentes de esta gran ciudad:
JAvi genial esas fotos woow me encantaron simplemente me encantaron…! Se extrañaba este blog no nos dejes tanto tiempo…
Queda vd. absolutamente perdonado 🙂
La espera ha merecido la pena.
“Kamogawa, un lugar precioso para caminar, si puede ser acompañado”: y que lo digas, hasta este granito de arroz lo sabe perfectamente 😉
Preciosas las fotos, y genial el blog. ¡Un saludo!
Me encanta la de la geisha! Y las de las calles de noche tienen una gran atmosfera.
Si, finalmente, el verano que viene voy a Kyoto, me lo voy a pasar como un niño haciendo fotos en Kyoto (como lo hice este verano en Tokyo ^_^).
Un saludo.
Gracias a todos, este blog es por y para ustedes.
Muy bonitos esos granos de arroz, Benji :-).
Jon, espero que puedas verlo por ti mismo.
Un abrazote a todos.
preciosas fotos como siempre!!! Yo despues de visitar el yasaka jinja me di unas vueltas por gion y realmente kede encantado! es precioso!! *__*
Aunq no llegue a dar un paseo por el rio kamo, lo dejo pal proximo viaje ^^
a seguir asi!!! ^__^
Me ha alegrado el día ver las fotos del post, hace 2 años y pico yo también andaba paseando por Kamogawa con un bochorno bestial y los mosquitos puteando.
Me gustaría saber qué pondría de mí aquel chaval jejejeje. Las fotos son una pasada.
¿Tan rápido iba la Geiko?
[…] De esta panorámica nunca me cansaré: […]