Summer
Tomando la autopista 162 desde Kyoto y a unos 30 km del centro de la ciudad hay un remoto pueblo cuyo nombre, Miyama, significa “Montaña hermosa”. Alrededor de dos centenares de casas rurales aún conservan los tradicionales tejados de paja que hacen del lugar uno de los rincones más hermosos del país. La comparación con Shirakawa es inevitable, y quizás las casas de Gifu sean más impactantes. Pero el valor paisajístico de Miyama no tiene nada que envidiarle a Shirakawa. El conjunto es realmente impresionante a pesar de sus reducidas dimensiones.
Tuve la suerte de visitar Miyama en pleno agosto, con el arrozal bien crecido, verde con las pinceladas de amarillo que les da el grano, con decenas de saltamontes revoloteando, y con la montaña teñida de un color aún más intenso, el de las coníferas. Ante tanto verdor parece como si uno se olvidara por un momento de las cifras que marca el mercurio. Quizás el rumor de las aguas del río que corre junto a este bello paraje también tenga que ver con ello.
No sé cómo será Miyama en otras estaciones, una cosa sí puedo decir: el verano de Miyama es el verano de Japón que uno siempre imaginó al leerlo.
Echaba de menos tus post en esta página. Cerca de donde vivo hay un pueblo que es patrimonio de la humanidad y que parece sacado de un cuento. Alguna vez he hablado con gente que ha vivido toda la vida allí, y muchos están cansados de ese pueblo, y buscan otra vida en la ciudad.¿Pasará lo mismo en pueblos como este? ¿Puede uno llegar a cansarse de un ambiente y unos paisajes así?
Saludos.
Amigo Palcraft, imagino que nuestras sociedades han avanzado demasiado como para que nos conformemos con lo que se supone que sería lo natural. En este caso en concreto creo que el principal atractivo de este lugar es a la misma vez su principal problema: su difícil acceso y su clima extremo. De todos modos, estar por allí de paso es bastante reconfortante.
Gracias por tu comentario.